Cuando decidimos comenzar un trabajo personal en el contexto de una terapia psicológica, descubrimos muchas herramientas que nos ayudan a hacer que nuestra vida sea mejor, aprendemos a ser conscientes de nuestro sistema de creencias heredado de nuestras familia de origen, aprendizajes sociales inservibles o negativos pero muy interiorizados, ideas en general que han guiado nuestra vida, y bajo las que hemos tomado decisiones, y en muchos casos generado mucho sufrimiento que podría haber sido evitado en nosotros mismos y en personas de nuestro entorno. Sólo con este grado de conciencia, comienza un gran cambio en nosotros, con el posterior aprendizaje en nuestro trabajo personal, podemos ser capaces de construir un sistema de creencias más sano y más adaptativo.
Nuestro psicólogo nos dará herramientas, y puede que descubramos que en muchos casos las cuestiones desde otro enfoque tienen soluciones mucho más sencillas y menos costosas emocionalmente de lo que a priori pensábamos.
Pero, qué sucede cuando en nuestra vida nos encontramos con etapas o situaciones que las cosas no serán como deseamos, y en las que además un cambio de enfoque no va a hacernos llegar a soluciones satisfactorias, en estos casos, la única solución para que nuestro bienestar emocional no se vea muy alterado, es la de incorporar a nuestra vida la aceptación. La capacidad de aceptar aquello que no podemos cambiar es fundamental para seguir adelante y transformar nuestra vida, en realidad para aprender a valorar esos momentos de adversidad inevitable en tesoros para nuestro desarrollo personal.
Ante situaciones que nos producen malestar, es fundamental analizar si podemos hacer algo para solucionarlo. De ser así, pon en marcha un plan de actuación para mejorar tu vida, pero en el caso de que veas que no puedes hacer nada para cambiar algo, si quieres seguir adelante tienes que aceptar la realidad o sufrirás más de lo necesario. Cuando luchamos en contra de una realidad que no depende de nosotros modificar, nos sometemos a un desgaste enorme y dañino, que puede llegar a obsesionarnos y a repercutir en áreas de nuestra vida que están sanas. En estos casos, sólo desde la aceptación podrás seguir adelante sin estancarte.
Pero ¿cómo podemos llegar a interiorizar este proceso de aceptación?, ¿cómo podemos incorporar esta nueva herramienta a nuestra vida?. Los psicólogos nos encontramos en muchas ocasiones en el proceso de tener que explicar a nuestros pacientes, lo diferente de la resignación, y la aceptación, en lo cotidiano se confunde constantemente, pero la consecuencia para el sistema emocional, y la evolución personal en un problema es muy diferente.
En este artículo, os proponemos como herramienta hacernos las preguntas adecuadas que nos ayuden a llegar a las mejores respuestas para entender nuestras emociones.
Si quieres hacer la prueba, comienza con cualquier situación de estrés, angustia o dificultad:
¿Qué ocurrió en esa situación de angustia?
¿Qué acontecimientos del pasado te llevaron a esa situación?
¿Qué papel desempeñaste en la creación de esa situación?
¿Qué papel desempeñaron otras personas en la creación de esa situación?
¿Qué puedes controlar de esa situación?
¿Qué no puedes controlar de esa situación?
¿Cuál fue tu respuesta en esa situación?
¿De qué manera afectó tu respuesta a tus pensamientos y sentimientos?
¿De qué manera afectó tu respuesta a los pensamientos y sentimientos de otras personas?
¿De qué manera podrías haber cambiado tu respuesta en esta situación de manera que desembocara en un menor sufrimiento para ti mismo y para los demás?
¿Cómo se podría haber desarrollado la situación si hubieras decidido aceptar radicalmente esa situación?
Cuando finalices el proceso de reflexión, posiblemente te darás cuenta que eres capaz de tomar decisiones desde una “mente más inteligente”, o que la ansiedad, tristeza o emoción incomoda que te producía el recuerdo de esta situación difícil se ha atenuado. Evidentemente es un proceso de tiempo, comprensión, y mucho entrenamiento, en el que la figura de un tercero nos puede ayudar mucho para evolucionar en el camino de nuestro bienestar interno.
Ahora sólo depende de ti vivir con una mente más sabia cada día, ¿aceptas el reto?
Patricia Santiago García
Psicóloga General Sanitaria (M-26280)
Experta en Intervención Psicoterapéutica
Experta en Mediación y Orientación familiar
Experta en Terapia de Pareja