Desde hace años se viene hablando del modo en que una mala gestión emocional repercute no solamente en el ámbito de las enfermedades psicológicas, ansiedad, depresión y malestar generalizado en nuestras relaciones o en el nivel de nuestra satisfacción vital, sino que cada vez hay más profesionales que reconocemos que las enfermedades físicas en su mayoría son de origen psicosomático, y no meramente biológico, y creo que por gran parte no queda duda de la necesidad de apoyo psicológico en enfermedades como el cáncer, o las enfermedades coronarias, tanto en su acompañamiento como en la comprensión de nuevas formas de funcionamiento interno que nos permitan gestionar nuestras emociones, entre otras el estrés.
Cuando leemos sobre hábitos de vida saludable y protectores de la depresión y la ansiedad, aparecen sistemáticamente tres factores fundamentales que mejoran nuestra salud emocional y física, la meditación (Mindfulness), el ejercicio físico (especialmente el cardio), y el Omega3 (especialmente en casos de depresión).
Desde este artículo queremos señalar factores de tipo, psicológico e interno, que son fundamentales para gestionar adecuadamente las emociones y que están al alcance de tod@s:
1- “Conócete a ti mismo”: Llegar a saber quién realmente somos (sin todos los mandatos sociales, familiares, y lastres educativos) nos va a llevar a conocernos (quien se conoce se comprende) y cuando llegamos a este punto somos capaces de aceptarnos, y desde la aceptación uno se puede superar.
2- Huir del perfeccionismo excesivo: Un factor común que aparece en pacientes con ansiedad y depresión en nuestras consultas, es el de tener la idea irracional de que se debe ser perfecto, y lo peor, que es terrible no serlo o cometer errores. Este tipo de esquemas llevan a una sensación de insatisfacción constante y a unas autoexigencias excesivas, estas personas viven en una inundación constante de cortisol* que dificulta mucho su calidad de vida.
Frente a esto el reconocimiento y la aceptación de que si queremos ser felices tenemos que aceptar el fracaso es una regla fundamental.
3- Fijarse metas y objetivos realistas: Lo que nos invita a levantarnos de la cama todos los días es tener un motivo, cuando estos no se tienen claros, o son motivos fuera de nuestro verdadero camino, la sombra de la depresión puede acechar. Estos objetivos deben ser concretos, pequeños y significativos para nosotr@s.

4- Trabajar la voluntad: Una persona con voluntad llega más lejos que una persona con inteligencia. Las personas que saben esperar (demorar el refuerzo inmediato en pos de una recompensa mayor en el futuro) llevan vidas más plenas, por eso es importante educar a nuestr@s hij@s en la capacidad de posponer la recompensa, tal y como refleja el experimento de Walter Mischel, “El test de la golosina”, Mischel ha demostrado que la capacidad de aplazar la recompensa es fundamental para una vida exitosa, y produce mejores resultados académicos, mejores funciones cognitivas y sociales, un estilo de vida más saludable y una mayor autoestima.
5- Asertividad: Dentro de los estilos de comunicación se situaría en el punto medio entre la agresividad, y la pasividad. Es fundamental el entrenamiento de esta para poder actuar coherentemente con lo que queremos, actuar en contra de lo que realmente deseamos por satisfacer a los demás vuelve a ser una fuente importante de cortisol*.
6- Inteligencia Emocional Vs Alexetímicos: La capacidad de expresar emociones, reconocerlas y gestionarlas junto a la empatía, son fundamentales para el bienestar emocional.

7- Educar en el optimismo: La felicidad se aprende, y no consiste en la ausencia de problemas, sino en la capacidad de mirar los mismos en clave de solución. Plantear las dificultades en forma de retos y no de amenazas nos va a facilitar tener una vida feliz a pesar de las dificultades que todos nos vamos a ver obligados a enfrentar a lo largo de todas las etapas de nuestra vida.
*Cortisol (hidrocortisona): es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés y a un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre.

Patricia Santiago García
Psicóloga General Sanitaria (M-26280)
Experta en Intervención Psicoterapéutica
Experta en Mediación y Orientación familiar
Experta en Terapia de Pareja